Según publica hoy La Voz de Galicia, nuestra Comunidad Autónoma es en la actualidad, junto a Extremadura y Cataluña, la única comunidad en la que las cámaras no ofrecen el servicio de la ventanilla única empresarial, un sistema que permite resolver todos los trámites para crear una sociedad en un solo punto y con el que también se da asesoramiento al emprendedor sobre el plan de negocio. Bajo esta fórmula, muy utilizada en el resto de España, se han creado más de 50.000 sociedades en el conjunto del país durante los últimos años. Las cámaras gallegas, sin embargo, no la tienen todavía operativa, pese a la fuerte demanda. Según la información facilitada por las propias entidades camerales, la puesta en marcha de una sociedad suponía la realización de hasta 70 trámites en las distintas administraciones, lo que podía retrasar hasta en seis meses el comienzo de la actividad de la sociedad.

Desde las cámaras sostienen que con el nuevo modelo de ventanilla única se puede emplear sólo entre una y dos semanas para contar con todos los requisitos necesarios del negocio. Las entidades gallegas prevén próximamente la apertura de la primera ventanilla única, algo que se ha prometido reiteradamente en los últimos años. Así lo anunció el presidente del Consejo Superior de las Cámaras de España, Javier Gómez Navarro, durante su primera a visita a Galicia desde que accedió al cargo.

En su encuentro con las cámaras gallegas, a comienzos de febrero pasado, Navarro recordó que la Xunta ya intentó un proyecto parecido al de la ventanilla única, denominado oficina de tramitación unificada. Según el máximo responsable del consejo cameral, esta iniciativa fracasó por no haber contado con las propias cámaras. Las previsiones apuntan que la ventanilla no se abrirá en las nueve entidades gallegas porque para dar utilidad a una oferta de este tipo necesita un dinamismo económico a su alrededor que no se da en todas las áreas gallegas donde hay una cámara de comercio. La idea que se baraja es que la ventanilla única en Galicia se cree en el entorno del Consello Galego de Cámaras de Comercio, el organismo de coordinación en el que están la Xunta y las propias corporaciones.

Estructura minifundista

La comunidad gallega es una de las autonomías de España con más cámaras en proporción a los habitantes y al número de empresas. Por ejemplo, en Andalucía hay 14 entidades camerales para 7 millones de habitantes: en la comunidad gallega existen 9 para 2,7 millones. Esta autonomía tiene el 6% de las empresas de España y en cambio representa el 10% de las cámaras (9 de 85 en total): en Galicia hay 9 instituciones para 212.954 sociedades, cuando la proporción del resto del país es de 2,5 millones de empresas para 85 cámaras. Muchos expertos consideran que esta situación evidencia, una vez más, una estructura minifundista, en la que prima los intereses localistas sobre el peso real de la economía. Sólo la provincia de Pontevedra cuenta con cuatro cámaras de comercio.

Advertencias

El propio ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga, ya advirtió en el 2002 que en una comunidad como Galicia, con 2,7 millones de habitantes, no tenía sentido que hubiera nueve entidades camerales y cuatro patronales provinciales. En los últimos años, se ha asistido en Galicia a un profundo debate sobre la funcionalidad de las cámaras y su adecuación a la realidad. Buena parte del tejido empresarial considera que la cuota obligatoria con la que se financian constituye un anacronismo que contraviene la libertad de asociación.

La propia Administración gallega considera excesivo el número de entidades camerales y cree que sería conveniente promover procesos de fusión. También apuesta por que las cámaras organicen actividades conjuntas para optimizar los recursos y evitar así despilfarros de sus fondos económicos.

Mientras estas instituciones no pongan en marcha la ventanilla única empresarial, a los emprendedores sólo les queda la oferta que suministran las delegaciones del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), que cuentan con puntos para la creación de la Sociedad Limitada Nueva Empresa, una figura jurídica que está dirigida a los jóvenes y que se puede constituir en menos de 48 horas. No tiene consejo de administración y ha de contar con un máximo de cinco socios.

Unas instituciones sobre las que apenas hay estudios que las analicen

Ni fundaciones, ni institutos de estudios, ni cajas, ni bancos, ni universidades, ni las propias administraciones, ni siquiera tampoco el Consejo Superior de Cámaras de Comercio tienen un estudio a fondo de las entidades camerales en Galicia, un informe en el que se recabe su historia, sus afiliados, sus datos financieros y sus actuaciones. Y en el que, además, se analice de manera crítica cuál es su aportación real al tejido empresarial. Esto evidencia el escaso interés que despiertan estas instituciones, sobre todo en el ámbito académico. Lo que sí han conseguido las cámaras, a través del consejo superior, es desarrollar una web (camaras.org) que dispone de una amplia base de datos y en la que se vuelcan estudios sobre distintos indicadores que pueden tener interés para el empresariado. La red cameral en España está compuesta por 85 entidades, con 180 puntos de atención directa a las empresas y en el que se da empleo a 2000 personas.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan estas corporaciones de derecho público es el de la legitimidad. Buena parte de los autónomos y las pequeñas empresas no se sienten representados por estas entidades, pero las cámaras sí consideran que pueden ofrecerles instrumentos muy útiles para mejorar su competitividad y salir de su mercado local: incorporación de tecnología, internacionalización, asesoramiento, formación.

El futuro

Las entidades camerales gallegas entienden, además, que hay que potenciar su papel consultivo como portavoces de las empresas ante la Administración, algo que generalmente no sienta bien en las organizaciones patronales.

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