La Xunta quiere polígonos integrados en el paisaje, reduciendo cartelería, colores e iluminación

 

Si Google no lo encuentra, no existe. Tecleen «polígono industrial bonito» y encontrarán resultados variopintos, mayormente con referencias conserveras, pero nunca ajustándose a criterios estéticos. Acotar la búsqueda a Galicia no mejora la situación, de momento. Pero ahora la Xunta quiere acabar por las buenas con el «dejar hacer, dejar pasar» que gobierna en los parques empresariales y zonas fabriles, como si ya fuera imposible mantener un mínimo criterio estético y de respeto al paisaje.

Recientemente, el Instituto de Estudos do Territorio impartió junto a la Fundación Laboral da Construción unas jornadas de presentación de la Guía de cor e materiais de Galicia para profesionales y ciudadanos que se celebraron en A Coruña, Pontevedra, Ourense y Lugo. Este documento autonómico, presentado a finales del pasado 2017, tiene carácter orientativo y establece una serie de recomendaciones que, en el caso de las zonas industriales, son bastante sintéticas, aunque los arquitectos que han consensuado el texto han elaborado unas sugerencias que son un auténtico diagnóstico de la baja calidad constructiva y los dispersos criterios con los que se ha actuado en los últimos años.

 

De forma genérica, la guía propone el uso de los tonos grises y beis para las construcciones industriales, aunque deja claro que cualquiera de las opciones de la carta de colores será aceptable siempre que no tengan un acabado brillante. 

Limitaciones en los rótulos

¿Renunciaría Ikea a sus naves de color azul y amarillo? ¿Alguien visualiza una sede de Coca-Cola sin el rojo que ha dado fama a la compañía? Los arquitectos Adrián Martín y Elena Sarmiento, de Aestudio, creen que sería muy difícil hacer pasar por el aro «a las grandes multinacionales», con mucha fuerza a la hora de asentarse, pero sí ven posible que la «sensibilidad» acabe calando entre los empresarios locales, «que al fin y al cabo representan un porcentaje mayoritario en la ocupación de los polígonos en Galicia». La recomendación más dura de la guía de la Xunta, la que más podría doler a los emprendedores, es precisamente la de limitar los colores corporativos a los rótulos, dejando el resto en tonos más neutros.

 

En los tiempos de la telefonía inteligente y la geolocalización parece inapropiado insistir con grandes reclamos de cartelería, por eso el documento autonómico propone limitarlos o eliminarlos directamente «para mellorar a imaxe do polígono». Con todo, el texto admite una «sinalización mínima» que garantice la ubicación de las empresas, aunque sugiere la necesidad de que sea planificada y diseñada de forma conjunta, homogeneizando los modelos de soportes. Para no distraer la atención de los usuarios ni saturar el paisaje, los equipos redactores de la guía también piden que se limiten los soportes meramente publicitarios, y que la iluminación de los rótulos sea la «mínima». 

Madera, a un coste similar

Lo ideal, explica la guía práctica, sería el uso de madera o cubiertas y muros vegetales. El equipo de arquitectos de Aestudio ya ha realizado un anteproyecto de una nave en el polígono del Tambre, en Santiago, usando solo madera, que es uno de los elementos que recomienda el texto para dignificar los espacios industriales y para combinar con muros vegetales. Y este material será también un referente en otro proyecto que tienen entre manos para una empresa madrileña, que quiere ofrecer una nueva imagen pegada al compromiso ambiental a través de la madera. «El coste económico es similar, y las capacidades técnicas que ofrece, también», advierte Sarmiento, que lamenta que la apuesta por este material se limite a concursos públicos vinculados, por ejemplo, a la construcción de piscinas municipales y otras instalaciones. 

 

Visitas a otros países

Manuel Guaita, catedrático de la USC en el Campus de Lugo y director de la Plataforma de Ingeniería de Madera Estructural (Pemade), avala las tesis de los profesionales de la arquitectura y va más allá, al entender que la madera «es la única vía» para avanzar en un paisaje sostenible que garantice al mismo tiempo un mundo mejor, y por ello promueve desde el máster que dirige visitas a países europeos donde la madera es el elemento constructivo central de los edificios industriales.

¿Y qué dicen los emprendedores, que al final son los que promueven y pagan las infraestructuras? La Federación Galega de Parques Empresarias (Fegape), que agrupa a los principales polígonos de la comunidad, califica el manual impulsado por la Xunta «de gran interés», al ofrecer aportaciones «concretas» para garantizar áreas industriales más armoniosas. Interpretan como una medida «positiva» el cuidado de los materiales y los límites a la iluminación y a la saturación de los colores, que ven como «recomendaciones útiles». Pero recomendaciones, al fin y al cabo.

 

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2018/08/20/madera-poligonos-industriales/0003_201808G20P8994.htm 

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