Las fuerzas del orden han vuelto a mandar un claro mensaje este fin de semana a los aficionados a hacer trompos, quemar rueda y competir en carreras clandestinas. Conscientes de que la celebración el domingo de la subida automovilística de Pontevedra podría ser aprovechada para este tipo de conductas, la Guardia Civil y la Policía Nacional habilitaron un dispositivo conjunto en el polígono industrial de O Campiño con el objetivo de impedir este tipo de pruebas y competiciones.
El dispositivo de control se saldó finalmente con una treintena de denuncias a otros tantos conductores, confirmó ayer un portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra. Tráfico precisó que trece de las infracciones sancionadas se referían a conducciones temerarias, mientras que cuatro recayeron en individuos que, al volante de un vehículo, dieron positivo en controles de alcoholemia.
Por su parte, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía identificaron a media docena de individuos y realizaron varios registros de vehículos que pretendían acceder en la madrugada del sábado al domingo al parque empresarial pontevedrés. Asimismo, los funcionarios de la comisaría tramitaron un acta por tenencia de sustancias estupefacientes, presumiblemente marihuana, en la vía pública.
Muchas de estas actuaciones, y especialmente la referida al decomiso de la pequeña cantidad de droga, serán tramitadas por la vía administrativa ante la Subdelegación del Gobierno. Sin embargo, en otros casos se podría acudir directamente a la vía penal. Todo dependerá de la descripción de los hechos que realicen los agentes que tomaron parte en este dispositivo. Operativos como el de este fin de semana vienen siendo la tónica habitual de los últimos años en los días previos a la celebración de la subida automovilística de Pontevedra. En esta ocasión, las fuerzas del orden ya habían detectado desde mediados de la semana pasada que eran numerosas las personas que se desplazaban de madrugada hasta el citado polígono industrial.
Aficionados al motor
En la mayoría de los casos, se trataba de aficionados al mundo del motor que querían disfrutar contemplando los preparativos de esta competición deportiva o, incluso, los entrenamientos de algunos de los pilotos. Sin embargo, las distintas dotaciones que patrullaron por este entorno también observaron cómo otras personas se acercaban a estas instalaciones buscando un espacio donde realizar botellones o dejar constancia de su capacidad para hacer trompos o quemar asfalto.
Tras confirmar que no se producían carreras ilegales, y mucho menos como las que tuvieron lugar en agosto del 2006, en las que se llegaron a movilizar cientos de personas para ver las competiciones clandestinas de O Campiño, las fuerzas de seguridad decidieron curarse en salud. De este modo, funcionarios de ambos cuerpos controlaron los principales accesos al polígono durante buena parte de la noche del pasado sábado al domingo. No se descarta que se habiliten dispositivos similares, «aunque de menor entidad», apuntaron fuentes no oficiales del instituto armado, en las madrugadas de próximos fines de semana.
