El aire no era el único medio en peligro. La cercanía del incendio, próximo al polígono de A Granxa, con el humedal de As Gándaras de Budiño, zona protegida y declarada lugar de interés comunitario, puso en alerta al personal de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. Hasta allí se trasladaron técnicos que realizaron controles en el agua de la laguna y del río Louro para determinar si se habían producido vertidos en la zona. Los análisis se repetirán en los próximos días para garantizar la situación de la fauna y la flora del lugar. Los bomberos también tuvieron en cuenta esta peculiaridad, por lo que en cuanto las tareas de extinción se lo permitieron, realizaron diques y sellaron el alcantarillado para evitar que el agua de escorrentía afecte al medio ambiente. Como los medios de los que disponían eran insuficientes, a las 12.00 horas un camión provisto de sacos de arena aumentó las dimensiones del cerco de aislamiento, puesto que la gran cantidad de agua utilizada en los trabajos desbordaba el existente.
